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EL Nº 24 DE CUADERNOS PORTUGALUJOS EN LA IMPRENTA

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El siguiente número de Cuadernos Portugalujos ya está en la imprenta por lo que aprovechamos para anunciar su próxima aparición.

Según se aprecia en la portada que presentamos, este ejemplar está dedicado a la historia de la mujer portugaluja, y en su índice recogemos los apartados siguientes:
Mujeres en la administración local. Empleadas del Ayuntamiento.
Las primeras mujeres concejalas. Fernanda Carranza y Carmen López Bedia.
La enseñanza como salida de la mujer. Las maestras portugalujas.
Mujeres en la sanidad. Matronas, enfermeras, boticarias.
Mujeres volcadas en los demás. Las benefactoras.
Literatura, arte y música. Leonor Tejada, Mari Dapena, Begoña Benot y Conchita Balparda.
Marta Beobide y María “la de Vicente”. La gastronomía portugaluja.
La guerra civil. Mujeres en la retaguardia y en el exilio.
Madre volcada en sus hijas. Martina “la colchonera”.
Referentes de la saga “navarrillas”. Mª Soledad Moral y su hija Mari Gutiérrez.
La portugaluja de El Dedal. Paulita Marín.
Ejemplo de humanidad. Julia Palacio Pereda “la tocinera”.

Confeccionado siguiendo los deseos del Área de Igualdad municipal, será presentado al público en el Centro Cultural Santa Clara el día 8 de marzo.

Como es norma en nuestras publicaciones se presenta profusamente ilustrada, recogiendo a través de fotografías de mujeres la vida de la Villa en el siglo XX. Bajo estas líneas sus páginas centrales.




UNA PORTUGALUJA LA PRIMERA MUJER MEDICA DE BIZKAIA: TICIANA ITURRI LANDAJO

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Tras haber confeccionado el nº 24 de Cuadernos Portugalujos dedicado a las mujeres portugalujas, en el que no figura ninguna médica, se han puesto en contacto con Roberto Hernández Gallejones, las portugalujas Begoña Villanueva y Begoña Madarieta, que están preparando una ponencia para un Congreso en verano sobre la figura de Ticiana Iturri Landajo, de la que nos ofrecerán su contenido con posterioridad, remitiéndonos mientras tanto al trabajo de Juan Gondra Rezola, publicado por el Colegio de Médicos de Bizkaia el año pasado, titulado Bizkaiko lehenak: médicas que abrieron caminos, quien nos descubre que la primera mujer colegiada en el Colegio de Médicos de Bizkaia, en el año 1932, Especialista en Obstetricia y Ginecologíafue la citadaTiciana Iturri Landajo, Doctora en Medicina, nacida en Portugalete el 14 de julio de 1904.
El trabajo que se puede leer en internet, y que también lo recogió en el periódico Bilbao, nos descubre a esta mujer que nació en la calle del Medio, al igual que lo hicieron otros de sus hermanos, en el domicilio de la familia de su madre Ticiana Landajo Ugalde, que tenían tienda de telas. Su padre Juan de Iturri y Astorquiza de Gamiz, había estudiado contabilidad y comercio y trabajaba para la familia Salazar en sus negocios mineros.
Era todavía pequeña cuando a su padre le encomendaron la gestión de una mina en Lora del Rio por lo que se trasladaron a esta localidad sevillana y luego a su capital.
Ticiana estudió el bachillerato en Sevilla continuando en Madrid con los estudios de Medicina y al acabarlos se formó como especialista abriendo consulta al mismo tiempo que trabajaba en la Escuela Nacional de Puericultura, para realizar la tesis doctoral y preparar las oposiciones para maternóloga del Estado. Superadas estas y el doctorado, con la defensa de su tesis “Acción de algunos galactogogos” que fue calificada con un sobresaliente, obtuvo el destino en Bilbao, en la Dirección Provincial de Sanidad.
Establecida aquí con su consulta, fundó una clínica en Begoña para asistir a partos y a enfermas de su especialidad, compaginando el ejercicio de su vida profesional con la divulgación de sus conocimientos de higiene y maternología mediante artículos, conferencias y congresos. Tuvo una relación estrecha con “Emakume Abertzale Batza” y formó parte del profesorado de la escuela de enfermería organizada en el Centro Vasco de la calle Bidebarrieta, de Bilbao. Se distinguió por su defensa de los derechos de las madres solteras.
Tuvo que superar la desconfianza de sus colegas. En 1935 el Colegio de Médicos de Bizkaia recibió una denuncia del director de la Casa de Maternidad, diciendo que una comadrona ejercía como médica; parece que no podía creer que una mujer fuera médica, porque siguió en su postura tras las aclaraciones verificadas por el Colegio. La Junta Directiva respaldó su solvencia y reprendió al denunciante. Pero no fue el único en dudar de ella, la cerrazón de algunos médicos bilbaínos que veían con muy malos ojos la irrupción de una mujer en un reino de hombres, les llevó a extender el rumor de que para atender a los partos y a las operaciones complicadas, Ticiana llamaba a un colega que tenía su consultorio en su vecindad y acudía allí “a escondidas”. Según quienes la conocieron, era una buena especialista y los rumores eran completamente falsos además de rastreros.
La guerra civil cortó su trayectoria feminista. Su hermana Miren, maestra de Ortuella, había marchado a la Gran Bretaña como andereño de los niños evacuados de Bilbao y a su regreso fue depurada y castigada a no poder ejercer en las “Provincias Vascongadas” ni en las limítrofes. Marchó a un pequeño pueblo de Cuenca, donde permaneció durante dos años, mientras realizaba los estudios para practicante. Después de obtener el título, regresó a Bilbao para trabajar con Ticiana. Durante veinte años las dos hermanas vivieron juntas en el Arenal bilbaíno.
Ticiana continuaba trabajando como maternóloga del Estado destinada a la Escuela de Puericultura y Maternología de Bilbao, en la Jefatura Provincial de Sanidad, donde seguía en el año 1962 y donde realizó durante años una gran labor de divulgación de la higiene maternoinfantil entre médicos, profesionales de enfermería y auxiliares. También trabajó como especialista en Ginecología para el Seguro Obligatorio de Enfermedad, en el que obtuvo una plaza de esta especialidad en Bilbao en el año 1955.
Fue miembro activo de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, colaboradora de su revista Gaceta Médica, y participó en congresos de su especialidad en España y en el extranjero. Manifestó una sensibilidad especial hacia algunas actividades de su especialidad que no solían preocupar tanto a sus colegas varones: averiguar las causas y buscar tratamientos para el aborto de repetición y para las dificultades en la lactancia materna.
Hacia 1960 tuvo dos desgracias seguidas que le impactaron. Primero, el fallecimiento de su madre, Ticiana Landajo, y después el accidente cerebrovascular sufrido por su hermana Miren, que le dejó inválida por hemipléjica. Pocos años después enfermó ella también y tuvo que afrontar una penosa enfermedad que le incapacitaba en temporadas para el trabajo, durante las que era sustituida por otra de las primeras tocoginecólogas vizcaínas, Mª Mercedes Ateca, que fue también la que siguió con su consulta cuando Ticiana falleció el 5 de marzo de 1969, cuando aún no había cumplido los 65 años de edad, siendo trasladados sus restos al panteón familiar de Pando.
En reconocimiento a su persona, el Colegio de Médicos de Bizkaia bautizó con su nombre las salas "Iturri", sitas en la 4ª planta de su sede.

FOTOGRAFIAS: COLEGIO NACIONAL TELLAECHE Y EL ALTO DE CAMPANZAR

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Antes de empezar con esta última semana de febrero vamos a incluir en este blog dos de las fotografías que hemos compartido los últimos días en facebook correspondientes a Omar Portu y que consideramos de interés.

La foto superior corresponde al Colegio Nacional Juan José Tellaeche, que como él dice “para algunos siempre seguirá siendo Tellaetxe”.

Este centro escolar se construyó en 1972 y en febrero de 1973 el Ayuntamiento le dio dicho nombre que según dice José Manuel López Díez, era el del constructor y promotor de las construcciones que se realizaban en la zona de Mugakoa. El Ayuntamiento entendía que había contraído “méritos suficientes con la cesión gratuita de los terrenos donde se eleva dicha escuela” y además, “el aludido industrial tiene en perspectiva llevar a cabo otras cooperaciones sociales a favor del municipio”.

Tellaeche había manifestado “que no tendría inconveniente en ceder gratuitamente el terreno de su propiedad, siempre y cuando se le permitiese edificar en una parte del mismo un bloque de viviendas”. Igualmente, “sufragaría los gastos de urbanización y dotación de servicios del terreno cedido, por su cuenta y cargo exclusivo”.

El bloque no se construyó, aunque él edificó toda la calle Mugakoa. La escuela fue derribada en 1992 y sustituida por el actual Colegio Público Gabriel Celaya. 

En cuanto a la foto inferior del alto de Campanzar, corresponde a los años 70 cuando se empezaba a construir la actual residencia de personas mayores Aspaldiko, que iniciaría su actividad en 1977.




UN PORTUGALUJO DESTACADO EN EL DESARROLLO DE LAS COMUNICACIONES EN MEXICO: ANSELMO ZURUTUZA OLANO

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Nacido en 1801 en Bilbao fue traído a la Villa donde desarrolló su niñez y ya en su juventud emigró a América en compañía de su hermano Mariano que era un comerciante del consulado de Veracruz. Mientras éste regresó a España, él se estableció en México convirtiéndose en arrendatario de un ingenio azucarero en Atlacomulco, y posteriormente de otro en Arroyozarco en Aculco, Estado de México, donde llevó a un sobrino suyo Lucas Zurutuza, (Portugalete 1822), que luego sería su heredero.

Intentó la colonización de esa zona recurriendo a gentes de Gipuzkoa y Vizcaya, pero la experiencia pronto le convenció de que era preferible para el cultivo de la tierra, con todos sus defectos, la servidumbre indígena.

Pero el gran nombre que adquirió en México, donde se le considera como uno de los iniciadores del transporte y las comunicaciones, se debe a su contribución al desarrollo de los mismos con su empresa de diligencias que ponía en comunicación las principales zonas del país.

Si en 1830 se había establecido la primera compañía de diligencias, en manos de estadounidenses, que unía Ciudad de México con Veracruz, unos pocos años más tarde, él sería ya el principal accionista, consiguiendo del gobierno la concesión de reparación de caminos, los peajes de algunas rutas y el transporte de correos entre México y Veracruz para financiar la mejora de caminos. Consiguió dar a la empresa, que se llamó “Unión Mexicana de Diligencias”, un gran impulso, extendiendo las rutas en todas las direcciones, e incluso abriendo caminos, ya que era una época en la que eran escasos en un país sumido en guerras civiles y bandolerismo. Terminó por crear un sistema de transporte completo, con casas de postas, estaciones y fondas. Los servicios brindados en las postas de poblaciones importantes incluían catres, mesas, sillas, y buena limpieza. Para los comerciantes de Veracruz era de vital importancia que el contacto entre la costa del Golfo y el Altiplano continuara efectuándose, por eso muchos de ellos ayudaron al afianzamiento del sistema de diligencias.

Además de los negocios se preocupó por la enseñanza de la juventud, y en 1843 dispuso que a su muerte se cedieran los réditos de 10 000 pesos para financiar en las escuelas del estado de Veracruz la instrucción de idiomas (francés e inglés). También contribuyó a la educación de los niños, ya que determinó que se contratara en Vizcaya un maestro para la enseñanza de primeras letras para lo que ofrecía “el capital que fuera necesario utilizar”.

Esta idea trajo también al año siguiente, en su viaje a Europa, creando una Fundación para “la instrucción de idiomas en la Villa de Portugalete”, cuyos patronos fueran el Ayuntamiento y la Cámara de Comercio de Bilbao. Fijó su aportación para maestros, edificio y 20 alumnos gratuitos, y tras surgir algunos problemas para encontrar maestros, lo que obligó cambiar a la enseñanza de náutica y francés, finalmente se empezó el curso el 1 de enero de 1847. El año anterior el Ayuntamiento le había nombrado con carácter honorífico Primer Síndico de la Corporación

Al regreso de su viaje, le ofrecieron un puesto en el Ayuntamiento de México, que renunció aduciendo razones personales. Continúo extendiendo su negocio y en 1850 adquirió el Palacio Iturbide, (hoy en el centro histórico de la ciudad de México) donde inauguró el lujoso Hotel Diligencias, como punto de donde salían y llegaban las diligencias puntualmente. Sus rutas eran de Oeste a Este porque las carreteras habían sido diseñadas para facilitar el traslado del oro y plata que debían ser embarcadas en el puerto de Veracruz con destino a la Metrópoli.

Murió en la ciudad de Puebla, el 26 de julio de 1852 y sus restos descansan en el Panteón de San Fernandode la Ciudad de México.

En 1856 el Ayuntamiento de Portugalete recibió la notificación de que se suspendían todos los pagos a la escuela fundada por el difunto.

Toda esta información la hemos extraído
de distintas entradas de internet,
del trabajo de Roberto Hernandez Gallejones,
 y de la investigación realizada en archivos bautismales por
Amaya Alava y José Manuel López Diez

PORTUGALETE Y LA MARCHA CONTRA LA CENTRAL NUCLEAR DE LEMOIZ EN 1976

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Esta manifestación se realizó fuera de la Villa, pero bastantes portugalujos se concentraron la semana anterior para animarse a participar en ella y se distribuyeron el tipo de pegatinas, que algunos recordarán.

El tema estaba caldeado porque los obreros de las contratas de la Central se reunieron unos días antes en la Basílica de Santa María para tratar de sus problemas laborales. Había tanta gente que algunos tuvieron que subir al coro. La Guardia Civil rodeó el edificio y el cura Román Landera llamó al Gobernador para que los agentes no entrasen ni disparasen contra los trabajadores, como había sucedido en Vitoria-Gasteiz cinco meses antes. El Gobernador mandó a sus fuerzas alejarse de la Basílica.

Aunque el Gobernador permitió la marcha desde Plentzia hasta Gorliz para reivindicar el cese de la construcción de esta central, exigió que durase solo una hora, que no continuase hasta Lemoiz y que no se exhibieran otras pancartas o símbolos. La mayoría de la gente, unas 50.000 personas, le hizo caso y se concentraron en la campa de Artaza el 29 de agosto de 1976 y celebraron el acto con el comunicado correspondiente. Sin embargo, hubo dos grupos que portaban sendas ikurriñas, todavía prohibidas, y bastantes llegaron hasta Lemoiz dando la vuelta en coches, entre ellos el autor de este artículo.

Tasio Munarriz

FOTOGRAFIAS: RECUERDOS DEL COLEGIO DE SANTA MARIA

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Juan Alberto Gonzálezha puesto a nuestra disposición una serie de fotografías de su archivo particular, que agradecemos sinceramente, y que sirven para completar la historia fotográfica de nuestra Villa.

Hay algunas fotos del colegio Santa María, de las procesiones de Semana Santa en los años 60 y de las fiestas de San Roque hace ya también casi sesenta años.

Empezamos hoy por las primeras y en semanas posteriores daremos a conocer las siguientes.

La foto superior nos muestra a un conocido grupo de portugalujos, todavía muy jóvenes, serían los años 1952 o 53, que son los siguientes:

De pie, de izquierda a derecha, José Antonio Castro, Juan Alberto González, José Antonio Gallego, Javier Francia y Faustino Lerma.

Agachados, Paco Ruiz, Chuchín Aranguren, José Mª Francia y Juan Carlos Carranza.

Bajo estas líneas hacia 1966, con motivo de una reunión de antiguos alumnos, en el patio del colegio, con un paisaje por detrás totalmente desconocido hoy, de izquierda a derecha, Luis Maté, José Luis Ruiz, Jon Torrealday, Juan Alberto González, Agustín González y Félix Maté.


EL Nº 24 DE CUADERNOS PORTUGALUJOS VE LA LUZ

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Como ya anunciamos la semana pasada, el número 24 de Cuadernos Portugalujos que estaba en la imprenta ha visto ya la luz.
Siguiendo nuestra costumbre habitual será enviado por correo a los suscriptores de la Colección El Mareómetro, de la que esta revista es un suplemento, y el próximo jueves día 8 será presentado al público en el Centro Santa Clara por el Área de Cultura del Ayuntamiento, quien patrocina esta publicación, encargándose de su distribución entre el público portugalujo interesado, en dicho Centro Cultural y en la Biblioteca Municipal.

En el citado acto se dedicará un homenaje a dos mujeres que figuran en dicha publicación y que todavía están entre nosotros:

Conchita Balparda y
Mª Ángeles Gutiérrez Olalde.

En esta entrada ofrecemos algunas de las páginas ilustradas con fotografías.






EL ANTIGUO CASERON O CUARTELON DEL CRISTO

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Ahora que este edificio del Cristo se está cubriendo de andamios para adecentar su fachada, vamos a recordar su historia en el siglo XIX cuando los portugalujos lo llamaban el Caserón.
Este edificio situado antiguamente extramuros “junto a las Atarazanas en la plazuela del Cristo” y con terrenos anexos, fue casa solariega de la familia Sarria quienes a principios de ese siglo lo dejaron a una Obra Pía, cuyas rentas se dedicaban al Hospital Asilo y a misas del cabildo parroquial.
Antes de la última guerra carlista, en 1868, se proyectó convertir el edificio, que ocupaba los números 9 y 11 de dicha Plazuela del Cristo, en escuela de niñas, encargando el proyecto a Francisco Berriozabal, (plano adjunto) pero llegó la guerra sin llevarlo a cabo y en julio de 1873 fue ocupado por las tropas y convertido en cuartel. Tras la contienda, el gobierno decidió establecer una guarnición militar en Portugalete con la obligación de hospedar a los soldados y mandos.
En 1876 obligado por ello, el Ayuntamiento reconstruyó el Caserón a sus expensas ya que había quedado totalmente deteriorado, para alojar a la tropa y convertirlo en lo que popularmente pasó a conocerse como Cuartelón, donde se acuartelarían distintas agrupaciones militares como el Batallón de San Marcial, Regimiento de Toledo, etc., incluso, el Cuerpo del Estado Mayor Jurídico. Los más conocidos fueron el Batallón de Barbastro y el Batallón de Segorbe. Además de trasformar el edificio en cuartel capaz de alojar 300 personas a expensas del pueblo, había que suministrar a la tropa raciones de pan, carne y vino. Sin olvidar que, cuando las pagas del Gobierno para los militares se retrasaban, el Municipio hacía adelantos en metálico. 
Cuando tras veintitantos años, el ejército abandonó la Villa, el Ayuntamiento adujo, repetidas veces ante el Cabildo parroquial y el Hospital, los muchos gastos que había tenido en la reconstrucción y mantenimiento y con 7.000 pesetas al Obispado y otras 7.000 al Hospital a manera compensación se quedó como único dueño del mismo, dedicándolo a dependencias municipales.
Ya en el siglo XX totalmente en ruina, tras la guerra civil, se derribó el edificio y junto con la casa anterior del cantón de subida de Coscojales se edificó el actualmente existente.





UN PORTUGALUJO PRIMER MUERTO EN LAS OBRAS DE LA CENTRAL NUCLEAR DE LEMOIZ HACE 40 AÑOS

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La semana pasada publicamos un artículo de Tasio Munarriz recordando la marcha contra la Central nuclear de Lemoniz en 1976 y los actos previos que se hicieron en la basílica de Santa María de Portugalete, donde sus curas cedieron el recinto sagrado para tales reuniones dado que el movimiento antinuclear era una legitima reclamación popular prohibida por las autoridades de entonces.

Hoy tenemos que recoger también, aparecido en la prensa del pasado domingo (EL CORREO) el recordatorio del 40 aniversario de la muerte de un portugalujo, el 17 de marzo de 1978, en el primer atentado mortal de ETA contra la citada central nuclear.

Se trata del portugalujo Alberto Negro, que fue la primera víctima, el 17 de marzo de 1978, junto con su compañero Andrés Guerra, de las cinco que produjo ETA en la Central Nuclear. Cinco días antes había habido una gran manifestación antinuclear, en la que algún grito irresponsable decía “ETA, Lemoniz gomados”.

Alberto, que vivía en la calle La Cruz, tenía 43 años, estaba casado y tenía tres hijos. Su mujer vendía pescado en Santurtzi ayudando a su madre.

En la entrevista que el periódico le hace a su hija Mari Mar, nos cuenta como Alberto, sin ninguna afiliación política, era ajustador y como muchos portugalujos de aquellos años trabajaba en montajes, cómo quedó su familia, así como la circunstancia que vivió ella cuando fue a su casa un cura de la parroquia, para “trasmitirle el pesar por parte de ETA, que su intención no era que muriera ningún trabajador y que la culpa había sido de la central telefónica de Lemoniz por no avisar a tiempo, que mi padre había sido una víctima colateral”. “Le dije que la culpa de que mi padre estuviera muerto era de ETA, porque el que mata es el que coloca la bomba. Y le eché de casa. Tiempo después ese cura se marchó a Francia”.

Oficialmente su muerte se consideró accidente laboral, hasta que dos décadas después, en 1995, fue reconocido como víctima del terrorismo.

NUEVA APORTACION A LA BIOGRAFIA DEL INDIANO MANUEL CALVO

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 Hemos recogido en la Biblioteca Digital Portugaluja, el trabajo titulado El liderazgo de Manuel Calvo y Aguirre:entre el Partido Español y los vasco-navarros de Cuba, obra de los historiadores Juan Bosco Amores Carredano y Jon Ander Ramos Martínez.

Jon Ander es el mayor conocedor de la figura del indiano del HOTEL, y ya recogimos con anterioridad dos estudios como fueron Manuel Calvo y Aguirre: De Portugaletea La Habana pasando por Madrid (1817-1904) y Dineros de América: Manuel Calvo y la Casa de los Pobres dePortugalete (1871), este último en colaboración con Ana Isabel Ugalde Gorostiza

En este trabajo que hoy presentamos empiezan explicando cómo gracias a la historiadora cubana Carmen Barcia y a la documentación conservada en el Archivo Nacional de Cuba se conoce la carrera de Manuel Calvo en Cuba, a donde llegó en 1833, con apenas 17 años, para trabajar como dependiente en una ferretería de su tío Juan Calvo, y tras haberle reclamado éste según la carta que recogemos sobre la foto de la fachada del Hotel bajo la desaparecida placa en su recuerdo.

Empiezan describiendo su carrera, dando por hecho que debía de reunir buenas condiciones personales pues a finales de los años treinta, estaba ya vinculado a Antonio López en el comercio en Santiago de Cuba, donde éste comenzó a hacer fortuna y a comienzos de la década siguiente actuaba ya por su cuenta en el comercio de cabotaje y como prestamista, con un vapor de su propiedad, el Cubano, navegaba por los ríos de la región de Pinar del Río,

A finales de esa década, reedificó la casa que poseía en la Calzada del Monte esquina a Ángeles, uno de los primeros barrios residenciales de La Habana y fundó en 1848 junto con Antonio López una Compañía de Navegación Trasatlántica, figurando luego como socio en otras tres que dieron cobertura a las actividades de transporte, comercio y navegación que venía realizando en la costa de Pinar del Río. En esa zona consiguió la concesión para construir, asociado a los herederos del famoso fabricante de tabaco Partagás, un puente sobre el río Hondo, por el que se transportaba hasta la costa una buena parte del tabaco del partido de Consolación del Sur, logrando posteriormente que el gobierno le autorizara a establecer en ese lugar un portazgo en arrendamiento para recuperar la inversión.

Al constituirse el Banco Español de La Habana en 1856, Calvo aparece como uno de los primeros accionistas, junto a todos los grandes hombres de negocios cubanos e hispano-cubanos que constituían entonces la élite económica y mercantil de la Isla. Era ya medio propietario de un ingenio en Sagua la Grande. En los primeros años de la década de 1860, además de una intensa actividad comercial aparece como dueño de un potrero de ganado en San José de las Lajas, cerca de La Habana. Esa finca será la base del ingenio Portugalete, fundado por Calvo en 1862-1863,donde trabajarían más de doscientos esclavos, al tiempo que construía los caminos desde el ingenio a la carretera central que comunicaba San José con La Habana.

Ya a fines de la década de 1850 ocupaba un puesto en la intendencia de hacienda como «aventajado», y a principios de la década siguiente trabajaba como auxiliar de la Secretaría de la Junta de Emancipados, donde probablemente actuó como un delegado de los intereses de los esclavistas cubanos que, en alianza con las autoridades, burlaron las ordenanzas sobre los emancipados para convertirlos, de hecho, en esclavos; por eso fue removido de ese puesto cuando el gobierno de la Unión Liberal promueve una política, ahora ya sí efectiva, de poner fin a la trata y de abolición gradual de la esclavitud.

Fue uno de los más activos miembros del Casino Español de La Habana-, que representaba al llamado "partido español", defensor a ultranza de la permanencia de Cuba en la monarquía. Entre 1868 y 1870 realizó intensas gestiones en Madrid ante los gobiernos del Sexenio revolucionario apoyando los intereses de los sectores empresariales proespañoles en Cuba.

Convertido ya en un potentado azucarero e insertado en el núcleo principal del grupo de hombres de negocios que aglutinó en la Isla a los defensores a ultranza del statu quo colonial, Calvo acabó sustituyendo en 1876 al poderoso grupo Samá y Sotolongo como consignatario en Cuba de la Compañía Trasatlántica de López mediante una nueva sociedad creada al 50% con él. Cinco años más tarde, las dos navieras de Calvo y de López, se funden en la Empresa de Vapores Correos Trasatlántico, quedando Calvo como vicepresidente.

En aquel mismo año de 1876, al constituirse el primer consejo de administración del Banco Hispano Colonial de la Isla de Cuba, sucesor y sustituto del Banco Español de La Habana, Calvo era ya uno de sus principales accionistas, confirmando así el éxito final de su carrera como gran hombre de negocios en la Isla. Ambos bancos eran entidades privadas pero al servicio y bajo la protección del gobierno cubano, en realidad el instrumento fundamental de financiación de la administración española en la Isla, pero también el medio de control de las relaciones coloniales.

Al iniciarse la actividad en Cuba de los partidos políticos, tras la primera guerra de independencia, en 1878, Calvo fue uno de los principales sostenedores del Partido Unión Constitucional que representaba a los partidarios de una "Cuba española", partido que dominaba en la práctica el gobierno de la isla. Cuando Cuba alcanzó su independencia, Calvo, ya octogenario, regresó a Portugalete

La fortuna de Calvo sirvió no sólo de alivio para toda la familia de origen, así como para nuestra Villa, donde hizo importantes inversiones, y para todas y cada una de las personas que le acompañaron en su vida.




COINCIDIENDO CON EL DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER SE PRESENTA EL Nº 24 DE CUADERNOS PORTUGALUJOS.

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Coincidiendo con el día 8 de marzo, Día internacional de la mujer, el número 24 de Cuadernos Portugalujos, dedicado íntegramente a la historia de la mujer en la Villa, se presentará al público a las 7 ½ en el Centro Cultural Santa Clara, organizado por el Ayuntamiento, en el que se rendirá homenaje a dos conocidas portugalujas, Conchita Balparda y Mª Ángeles Gutiérrez Olalde.
A partir de ese acto los ejemplares se podrán recoger en dicho Centro y en la Biblioteca Municipal.
Por nuestra parte, como es costumbre con todas nuestras publicaciones, la hemos incluido para ser consultada en la biblioteca digital portugaluja "el mareometro".









LAS ÚLTIMAS PROCESIONES DE SEMANA SANTA EN PORTUGALETE (1)

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Siguiendo con las fotos que nos ha cedido Juan Alberto González, vamos a intentar reconstruir la historia de los últimos años de los desfiles procesionales de Semana Santa en la Villa, apoyándonos en la memoria de José Mari Ruiz, esperando cualquier puntualización o corrección que será bienvenida, como ya hemos hecho en otras ocasiones. Nos referimos a los años de la década de los 60, tras la jubilación de Angel Chopitea en 1961, que fue sustituido por Pablo Bengoechea.

Las fotos de hoy corresponden a la procesión del Domingo de Ramos de 1962, con la procesión de la borriquilla, que tradicionalmente había salido del convento de las Siervas de María del Ojillo y que este año salió del Santo Hospital de San Juan Bautista en Buenavista.

Se estrenaba la recién constituida Cofradía de San Juan Evangelista, formada por antiguos alumnos del Colegio Santa María con sus hábitos y capirotes y también acompañaban con palmas los “Cruzados” de dicho Colegio.


IMAGENES DE LA PRESENTACION DEL Nº 24 DE CUADERNOS PORTUGALUJOS DEDICADO A LA MUJER PORTUGALUJA

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Ayer como aportación al día internacional de la mujer se presentó en el Centro Cultural Santa Clara, el nº 24 de Cuadernos Portugalujos, rindiéndoles un homenaje en las personas de dos de ellas como fueron Mª Ángeles Gutiérrez Olalde y Conchita Balparda.

Como acostumbra, José Luis Gutiérrez Landa nos ha enviado su reportaje fotográfico de las que hemos escogido estas fotos para el recuerdo.


RECOGIDO DE LA PRENSA: HIGINIO POLO, EL TENIENTE VIRTUOSO DEL PINCEL

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El diario EL CORREO de la Margen Izquierda, presenta hoy de la mano de Laura González, la figura del pintor Higinio Polo, que por su participación en la Guerra Civil en el batallón Rosa Luxemburgo, le da pie a titular el artículo como El teniente virtuoso del pincel.

Para el mes de mayo se prepara en la Villa una exposición retrospectiva de su obra y alguna conferencia sobre su presencia en el batallón Rosa Luxemburgo.

LAS AGRESIONES A LAS MUJERES: UNA NOTICIA DEL SIGLO XVIII

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Cuando todavía tenemos presente la gran repercusión del pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, traemos aquí uno de los múltiples artículos de nuestro Archivero Municipal, Roberto Hernández Gallejones, sobre la historia social de nuestra Villa, que además de ofrecer una pincelada costumbrista de épocas pasadas con un ejemplo de su lenguaje, nos recuerda la lacra también existente entonces de las agresiones a la mujer.

Se trata de la agresión a una joven de unos 18 años por un fraile franciscano y dice así:

En el auto de oficio presentado a las siete de la tarde del viernes, 13 de octubre de 1741, ante el alcalde de Portugalete, don Pedro de Gordon y Zuazo, en calidad de juez de primera instancia, y con testimonio del escribano Matías de Villar, se da cuenta de que María Cruz de Eguileor, criada de la casa de María de la Quadra, esposa de Ignacio de Bon, “ausentte en servizio de su Magestad”, se encontraba en cama a causa del maltrato a que le produjo Fray José Cortés.

Los hechos habían ocurrido esa misma semana, y a consecuencia de estas desagradables circunstancias la joven no había podido declarar hasta las cinco horas de la tarde del viernes. Al habérsele “restituido la abla”, María Cruz manifestó en el domicilio de su ama, en la casa del matrimonio, ambos vecinos de la Villa habiendo jurado “por Dios Nuestro Señor, y a una señal de cruz en forma debida de derecho”, que todo había sucedido el pasado martes. Cuando sonaron las siete horas “de la noche de haber ido la dicha María de la Quadra, su ama a casa de Pedro de Manzanal, y Josepha de Bon, su hija, mujer legitima de Antonio Cortes”, a rezar en la ermita del Cristo de el Portal, se encontraba ella sola (María Cruz de Eguileor) en dicha morada “componiendo una de las camas de ella”. En el ínterin apareció allí el padre predicador Fray José Cortés, un franciscano, quien entró en el aposento con semblante serio y enojado. De repente, y sin mediar ningún tipo de provocación por parte de la declarante, el recién llegado le propinó a la muchacha un golpe en un hombro, diciéndola al mismo tiempo las siguientes palabras: “ven acá, grandísima chula, ¿cómo tienes atrevimiento de traer en lenguas a mi cuñada?(Josefa de Bon)”. La chica le dijo «que parecía a traición la iba a maltratar”. José Cortés le espetó lo siguiente: “a traición que te ahogare aquí”, y echándole las manos a la garganta la quiso asfixiar. La moza se resistió propinándole dos bofetadas al fraile, quien la apretó aún con más saña en el cuello haciéndola caer al suelo, sin poder articular palabra. La declarante no firmó por no saber hacerlo, asegurando tener 18 años de edad “poco más o menos”.
Aparece después en dicho documento otro papel fechado en la Villa de Bilbao el 16 de octubre de 1741, y firmado por el corregidor del Señorío de Vizcaya, Manuel de Navarrete, de “el Consejo de su Magestad, su oidor en la Real Audiencia y Chancillería de Valladolid”, para resolver el pleito presentado en grado de apelación ante su superior autoridad por Gaspar de Aranguren, vecino de los Tres Concejos del Valle de Somorrostro. Este último señor era el tío de la criada, y pedía una investigación más concienzuda en torno a dicho hecho, y con una declaración de testigos. Desgraciadamente este litigio se interrumpe aquí, sin que sepamos qué continuación tuvieron los trámites judiciales.

En la primera lista de vecinos de 1746 consta en la calle Santa María Pedro de Manzanal y Larrea, domiciliado en compañía de su hermana María, viudos ambos. También se localiza allí a Pedro de Gordon, viudo. En la misma calle se registra a María de la Cuadra “cuyo marido de años a esta parte se halla sirviendo a su Magestad en su Real Armada”: En la calle del Medio residía el escribano Matías de Villar.



LAS ARGOLLAS DE LA PUNTA

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Hace un mes, Aurelio González “el navarrillo” publicó en su blog “La vida pasa” unas fotografías de las argollas de la Punta, y tercié en Facebook con un comentario sobre la argolla que falta en la parte final del morro.

Haciendo memoria, habría que decir que durante 2011 y 2012 se realizaron una serie de obras en el Muelle de Hierro, algunas poco afortunadas desde el punto de vista del respeto debido a un elemento declarado Bien de Interés Cultural en 2012 (arriostramientos transversales solo al inicio y al final del muelle, sustitución de la barandilla original cegando las bajadas al nivel inferior, hormigón impreso en el suelo, hormigonado de las escaleras originales en el espigón del Sporting, ausencia de luminarias en la farola de ese espigón, mantener los “pasos” de hormigón que no existían en la versión original, abandono a su suerte al mareómetro que habían restaurado en 2000, etc.) .

La Autoridad Portuaria había corrido con la remodelación y parece mentira el poco tacto que tuvieron con el muelle diseñado por Evaristo de Churruca, que posibilitó vencer a la temible barra y facilitar el crecimiento del puerto y la industria vizcaína. El Ayuntamiento de Portugalete también “colaboró” con el extravío de uno de los dos hitos que daban inicio al muelle señalando la empresa constructora, “Maquinista Terrestre y Marítima de Barcelona”.

Volviendo a las argollas, hay que decir que no estaban colocadas en el muelle original, tal y como muestra esta fotografía superior con el rompeolas ya construido (1902) y sin embargo, las seis argollas no estaban instaladas.

La finalidad de las mismas, así como la de los seis motilones que desde el mareómetro llegan hasta el comienzo de la parte “solida” del muelle, no puede ser otra que el amarre de las dragas que sirvieron para eliminar los restos de la barra una vez que el muelle había hecho su “mágico” trabajo abriendo junto a él un canal constante de 4,58 m. de profundidad en bajamar. ¿Quién no ha paseado de chaval por la Punta y no las ha hecho sonar como si fuesen aldabas?

En Octubre de 2012, me di una vuelta hasta la Punta para ver en que habían consistido las obras. Cuál fue mi sorpresa, al advertir que faltaba la anteúltima argolla junto al faro y dado que había bajamar, ésta reposaba a la vista en las rocas junto a la planchada del morro. Al día siguiente envié una carta a la Concejala de Cultura del Portugalete, Italia Canna, para poner el hecho en su conocimiento: “No sé si una brigada del Parque Móvil la podrá retirar de las rocas, a las que en bajamar se puede acceder cómodamente por las escaleras que hay bajo el faro  y depositarla en lugar seguro hasta que o bien vosotros o la Autoridad Portuaria la reponga en su lugar.

Sería una pena que estando localizada, se perdiera y más en este año que se celebra el 125 aniversario de la construcción del Muelle de Hierro.”.

Al cabo de un mes, recibí una contestación verbal, comunicándome que “al no tener competencias sobre el muelle, habló con el Alcalde para que se comunicase a la Autoridad Portuaria y que fuesen ellos quienes acometieran la retirada y reposición”.

Dado el poco éxito de la gestión, ya que la argolla seguía entre las rocas, remití el escrito al contacto que tenía en la Autoridad Portuaria, que me había facilitado el plano del mareómetro, para que la hiciese llegar “a quien corresponda”.

Como se puede apreciar en estas fotografías de 2012 y 2018, la argolla va siendo engullida poco a poco por los mojijones y las ostras, y pronto no quedará rastro de esta nueva desidia, salvo el hueco mudo en el muro.

¡Ánimo Autoridad Portuaria, que todavía se puede rescatar y reponer!.

Y ya que se ponen manos a la obra, afiancen el resto de argollas, pues algunas pueden correr el mismo camino. Y ya que están, coloquen dos faroles clásicos irrompibles en la elegante farola de las escaleras del Sporting, pues lleva sin luz toda la vida.

  JOSE LUIS GARAIZABAL



LOS ULTIMOS AÑOS DEL SIGLO XIX, EN LAS FOTOGRAFIAS DE HAUSER Y MENET (1)

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Con el título de PORTUGALETE EN LOS ULTIMOS AÑOS DEL SIGLO XIX, tenemos en este blog una serie de entradas tomadas de detalles de las fototipias de Hauser y Menet.

Hoy volvemos sobre el tema de la mano de José Antonio Soto que del libro RECUERDO DE BILBAO, publicado a principios del siglo pasado por Emeterio Verdes, nos ha resaltado algunos detalles interesantes como el que hoy ofrecemos con niños portugalujos jugando bajo la atenta mirada de una persona mayor, cada uno con el típico vestir de entonces.

Bajo estas líneas la lámina completa y la portada del álbum fotográfico que no deja de asombrarnos por la calidad de sus imágenes fotográficas.








EDUARDO UBAO ICAZA (1869-1952)

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Este mes la ficha del periódico gratuito enportugalete.com nos recuerda la figura de unos de los hermanos Ubao, con cuya denominación se rotuló a una de las calles de la Villa.

Sobre Eduardo Ubao y su afición a las regatas y de sus hermanos ya hemos hablado en diversas ocasiones en este blog, lo mismo que hicimos con su hermana Adelaida.

Bajo estas líneas hemos recogido sobre una foto del Sporting, con Santurtzi al fondo, en la que se ve a Eduardo enseñando a nadar a jóvenes, la placa de su calle y una del Hospital de San Juan Bautista que nos recuerda su faceta de benefactor.







JUAN JOSE ARECHAVALA ABENDAÑO (1810-1868). GUARDA –RIA, MEDALLA DE HONOR FRANCESA

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Esta entrada es fruto de diversas colaboraciones.

Eduardo Ardanza Goytia, desde Madrid, nos recordó la noticia que dio Karla Llanos, en su blog Memorias de Getxo, dedicada a los naufragios en la barra, con la firma de un decreto por parte de Napoleón III en 1863, “confiriendo la medalla de oro de segunda clase al capitán retirado y guardia-ría de Portugalete, D. Juan José de Arechavala, y medallas de plata de segunda clase, a sus convecinos los Sres. Aspiazu y Gómez”

En un recorte de prensa de La Correspondencia de España, 21 y 22 de Octubre de 1863, que nos envió, se completa la noticia diciendo que el que había recomendado la medalla era el cónsul de Francia en Bilbao Monsieur d´Aries, que veraneaba en Portugalete, y echando mano a sus recuerdos familiares donde se contaba una anécdota de la playa de El Salto, completa el nombre del cónsul que era Henri d'Aries du Mérens, (1807-1872), Caballero de la Legión de Honor y de la Orden de Carlos III de España.

La anécdota a que se refiere y que recogimos sin conocer su nombre en el nº 3 de Cuadernos Portugalujos, págs. 18-19, se refería al verano de 1852, cuando “fue a la playa vestido de frac y guantes; que iba a entrar al agua la de Santulari y que el le dio la mano y entró con ella hasta dejarla dentro del mar, y cuando salió, con un cuchillo hubo que cortarle las mangas del frac y los guantes…”

Como curiosidad, la bisabuela de Eduardo (que es biznieto también de Cecilio Goytia) Gabriela Arellano D´Aries (una foto suya en el muelle de hierro ya publicamos en este blog), era nieta del citado cónsul, siendo su madre Juana d'Aries Arnault, ahijada de Napoleón III y de la princesa Mathilde de Bélgica.

Tras esta aportación resaltando la figura del guarda-ría Juan José de Arechavala, recurrimos a Roberto Hernandez Gallejones, Archivero Municipal, para intentar completar la biografía de este portugalujo y su singular profesión, de la que nos dice:

Era un funcionario dependiente del Consulado y Casa de Contratación de la Villa de Bilbao y después de la Junta de Comercio que controlaba la captura ilegal de pescado, moluscos y crustáceos en nuestra Ría, ejerciendo labores policiales y de inspección, teniendo autoridad para detener a los posibles infractores. Su intervención solía provocar a veces altercados, con gente a favor y en contra de sus actuaciones. La pesca y captura de especies en el Abra era muy frecuente, con artes de pesca como ganchos y otros útiles, que en ocasiones arrasaban los criaderos de ostras, mejillones, etc., y que estaban considerados como ilegales por las autoridades.

Las pesquisas sobre este personaje las continúan Amaia Alava y José Manuel López Díez, en el Archivo Histórico Municipal, en el Diocesano y en las hemerotecas nacionales.

Así nos dicen que en la Cédula de Inscripción realizada el 21 de marzo de 1857, figura que tenía 45 años, con profesión “empleado en el río Nervión” y que casado con Cleta Fernández Leguineche de 36 años, tenía seis hijos.

Murió en la Villa en 1868, y sobre su vida, en el periódico El clamor público del 10.9.1846 al recoger la noticia del naufragio del quechemarín Caridadque encalló en la barra, y que tuvo una gran repercusión por las acusaciones de negligencia del piloto mayor de la barra, han encontrado que se resaltaba la actuación de nuestro personaje en las labores de salvamento.

En fecha posterior en el Diario de Córdoba del 28.5.1863 encontramos lo siguiente:

Los actos de abnegación practicados por el gremio de marinos de Portugalete salvando a varios náufragos franceses, han sido premiados por el emperador. En vista del informe remitido por el cónsul de Francia en Bilbao sobre el naufragio del bergantín “Sully”, ocurrido en el mes de enero, el Ministro de Marina y de las Colonias del vecino imperio ha sometido a la firma de Napoleón III un decreto confiriendo la medalla de oro de segunda clase al bravo e inteligente don Juan José de Arechavala, capitán retirado y guarda-ría de Portugalete, y medallas de plata de segunda clase a sus convecinos los señores Aspiazu y Gómez.

Ese mismo año de 1863, en el que contabilizaron hasta cinco naufragios en la barra, aparece también distinguido junto con otros capitanes getxotarras por su participación en el salvamento de la goleta Jeunne-Marthevarada en Las Arenas el 16 de marzo.



Seguramente que si seguimos investigando en las historias de los naufragio ocurridos en la barra en esos años aparece en otras ocasiones nuestros aguerrido marino, que vivía según atestiguan los padrones municipales en el muelle Viejo.










RECOGIDO DE OTROS BLOGS: ANALISIS TERRITORIAL DE PORTUGALETE

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Nuestro amigo y colaborador, Eduardo Ardanza Marqués, arquitecto, nos ha puesto sobre la pista de esta web que según sus palabras está bien para obtener datos de manera rápida, aunque ojo, siempre hay que tener criterio para sopesar y discernir sobre si hay algo no riguroso o lo es en forma de loable errata, ya esto cada cual.

Se trata del análisis territorial de PORTUGALETE, de Eduardo Blanco Oliva, arquitecto y urbanista por la ETSAM, en su página otro punto de vista sobre el territorio, www.otropunto.es.

Nos halaga su nota diciendo que “dispone Portugalete de un enorme foro de su municipio, a través del blog “La colección el Mareómetro”, imprescindible para conocer Portugalete, y sin el cual no habría sido posible elaborar este pincelada de su territorio y su evolución y desarrollo urbano”.

Nosotros por nuestra parte y para darle mayor difusión lo hemos subido a nuestra Biblioteca digital portugaluja “el mareómetro”, en formato de pdf.

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