En concreto la correspondiente a Enero-Marzo de 1932 habla del maestro Ruperto Medina con esta foto, que traemos hoy acompañada del texto de un reportaje periodístico de 1927 en El Liberal, con motivo de una exposición de los trabajos realizados por sus alumnos.
Se dice en él que figuraban, “además de cuadernos caligráficos y de dibujo, una variadísima colección de labores manuales, correspondientes a los varios talleres creados dentro de la misma escuela, a saber: carpintería y marquetería, cerámica, mecánica, etc.” y “entre los muchos trabajos curiosos, recordamos haber visto un pequeño telégrafo Morse, que funciona admirablemente; varios diminutos motores eléctricos, de notable perfección, y una infinidad de objetos de barro cocido y algunos mapas en altorrelieve. Existe, además, un museo mineralógico; otro de aparatos de física; una extensa colección de plantas, con sus correspondientes hojas de clasificación y especificación, y otra numerosa e interesante de insectos, todo ello obra de los alumnos, que incluso construyen por sí mismo sus instrumentos de trabajo”.
Sigue el cronista dejándonos asombrados con esta descripción del sistema educativo de hace casi un siglo, donde además nos señala que el número de alumnos en clase era de 128.
Ruperto Medina que regentaba la escuela de "arriba" del Campo de la Iglesia, fue uno de los 10 maestros que el Ministerio de Instrucción Pública de la República seleccionó entre los que habían implantado algún procedimiento educativo novedoso. Fue también elegido Inspector y vocal del Consejo Provincial de Instrucción Pública, que compaginó con su labor de maestro y que le originó desagradables enfrentamientos con el Ayuntamiento y otros maestros.