Uno de los últimos personajes que recogimos enportugalete.com fue el portugalujo Gerardo Butrón, del que encontramos sus rasgos biográficos por las Américas recurriendo a internet, dado que en aquellas tierras quedaron sus descendientes. Y es que a medida que internet se va popularizando en todos los rincones del mundo es más fácil descubrir a portugalujos que emigraron de su Villa natal para desarrollar su vida en otras tierras.
De Pedro Sarasqueta Ugarte, tuvimos noticias hace siete años a través del blog de Monografías Históricas de Alfredo Pérez, que luego se puede completar “navegando” por internet. Así podremos
encontrar a muchos de sus descendientes, como Amaya, Acracia o Germinal,…
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Pedro Sarasqueta Ugarte (1880-1945) |
En otra de las referencia a las avionetas en Panamá se habla de los Sarasqueta, llamándole a nuestro personaje "ingeniero", aunque suponemos que no estudió dicha carrera sino que se dedicó a la construcción:
Durante la primera mitad de los años treinta del Siglo XX el picapedrero golpea la roca que ha de construir la Escuela Juana Vernaza. Lo hace con la maestría que aprendiera en España, su tierra natal. Cientos de personas transportan el pétreo material de un sitio conocido como Vizcaya. El lugar se ubica bordeando las viejas colinas que quedan a la entrada de la Ciudad de Las Tablas y que en las laderas de las suaves colinas se asienta la Universidad de Panamá. Debemos saber que el ingeniero vasco Pedro Sarasqueta Ugarte no sólo fue responsable de la construcción del centro escolar en la tierra de Manuel Fernando de Las Mercedes Zárate, sino del viejo y desaparecido Hospital de la Ciudad de Las Tablas, el Gerardino de León. En nuestra tierra, el vasco de ideas anarquistas, se casó con doña Dominga Castillero Díaz, oriunda de la población guarareña de El Espinal.
En este momento nace la historia de una familia que ha dejado huellas en los senderos nacionales. La misma que, unida a los Melo, marcará para siempre la industria nacional y que, además, nos ha dejado hermosas joyas literarias. En este instante recuerdo a Acracia Sarasqueta de Smith con sus novelas El Señor Don Cosme (1955), El Guerrero (1962), Valentín Corrales, el panameño (1966) y Una dama de primera (1979). En fin, lo que pretendo indicar con todas estas vueltas al tema, es que hay una indudable vena literaria en los Sarasqueta, a la que hay que sumar la carga genética de los Castillero, familia cuya sensibilidad es, a todas luces, manifiesta.
El árbol genealógico de los Sarasqueta recoge una buena parte de sus descendientes.