El actual Centro Cultural Santa Clara fue durante siglos convento de las monjas clarisas, que se establecieron en la Villa en 1614, viviendo desde entonces todas sus vicisitudes históricas, incluidas las guerras, en las que siempre acabó destruido teniendo que volver a su reconstrucción.
Una de dichas guerras
fue la última carlistada que finalizaría en 1876. En 1884 se inició la
reconstrucción, de la parte que era casa convento, para continuar en 1892 con
la iglesia, dirigida esta obra por Francisco de Berriozabal.
Su inauguración tuvo
lugar el 30 de octubre de 1894, hace 130 años, según encontramos en el Noticiero
Bilbaino de aquella época.
Según se decía, las
obras de su convento y capilla habían sido posible a la generosidad de los
habitantes de esta Villa y de fuera de ella, en especial de tres damas
aristocráticas, una de Portugalete y dos de Bilbao. La misa solemne, de Gorriti
y Hernández, contó con la presencia de miembros del Orfeón Bilbaino dirigidos
por Pedro Lizarraga.